20 feb 2010

Grecia se queda sin gasolina por la extensión de la huelga de aduanas


Van a verse largas filas de coches en las gasolineras de toda Grecia, debido a que se está terminando el combustible por la extensión de la acción industrial de los oficiales de aduanas contra las medidas de austeridad neoliberales impuestas por el Gobierno con el pretexto de la crisis de deuda pública. Inicialmente, la huelga, que empezó el pasado martes 16 de febrero, iba a terminar el viernes 19, pero los trabajadores han anunciado que la extenderán hasta el próximo martes 23, provocando de este modo el pánico en los conductores, y un dolor de cabeza al Gobierno. De acuerdo con los medios burgueses, la mitad de las gasolineras de Atenas y alrededores ya se han quedado sin gasolina sin plomo, y se espera que se vacíen el resto de depósitos a lo largo del día. La única ciudad que ha evitado el problema debido a los grandes depósitos es Tesalónica. El presidente del sindicato de gasolineras, Kiousis, ha dicho que ya están completamente secas el 85% de las gasolineras del país.


La extensión de la huelga implica que todas las importaciones y exportaciones han sido paralizadas. Las aduanas se abrirán de nuevo el jueves 25, tras la huelga general de 24 horas del día anterior. Mientras tanto, los trabajadores del Ministerio de Economía continúan su huelga, bloqueando la entrada al Ministerio, incluso al ministro mismo, que ha tenido que acomodarse en las dependencias de otros ministerios, a fin de llevar a cabo sus públicamente odiados tratados con la Unión Europea.

Al mismo tiempo, la imagen del Gobierno está de nuevo bajo mínimos, después de que la policía disparara a un fontanero de 25 años durante una batalla con supuestos atracadores de bancos en el barrio de Byronas. De acuerdo con los informes de balística, el desafortunado trabajador recibió nueve disparos en la espalda y en la cabeza, todos por parte de la policía, cuando intentaba refugiarse en una tienda de motores. Según los vecinos, mientras disparaban al viandante, los policías gritaban “Me “comí” al hijo de puta”. El brutal asesinato del padre de un bebé de 18 meses ha aumentado la rabia contra la policía, percibida ahora aún más como una banda de maníacos armados. La imagen empeoró tras las declaraciones del jefe de Atenas, que dijo que la operación había sido “exitosa”; el ministro de Orden Público, por su parte, insistió en que la única solución a tales incidentes es más y más policía armada. La tragedia de Byronas ha venido como una bofetada a la credibilidad del Gobierno griego, dado que ha dicho recientemente que, como respuesta a los temores financieros y laborales con respecto a la crisis, “si no podemos garantizar nada más, lo que podemos garantizar es la seguridad”. La credibilidad de la policía ha sufrido otro duro golpe por el resultado de las dos bombas que han dañado las oficinas de JP Morgan en Atenas y la oficina política del ministro de Orden Público en Peristeri. La primera explosión ocurrió en el distrito más vigilado de Atenas, Kolonaki, mientras que la última ocurrió a pesar de los esfuerzos de la policía de destruir la bomba por medio de una explosión controlada.

Otras noticias de las luchas laborales: la movilización de los trabajadores contra el despido de un empleado de la prestigiosa compañía publicitaria Agra continúan aparentemente causando el pánico a sus jefes, que gustan de llamarse progresistas, hasta el punto de que una serie de artistas bien conocidos y autores, la vanguardia del Espectáculo de la Cultura en Grecia, se han puesto a publicar cartas a favor del despido (¡). El sindicato de trabajadores del sector de material impreso ha ido a la huelga de 48 horas por el despido, con manifestaciones a las afueras de las oficinas de Agra y la principal tienda de libros de Exárjia.

Finalmente, los farmacéuticos han anunciado una huelga de 24 horas a modo de aviso por las medidas de austeridad para el lunes, 22 de febrero.

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