23 mar 2010

Reflexiones varias respecto al desalojo-demolición de "La Idea"


Hace aproximadamente dos semanas, el jueves 4 de marzo del presente año se lleva a cabo la demolición de la que fuera la casa ocupada “LA IDEA”. La acción fue ejecutada por obreros escoltados por la policía, manejados estos a su vez por los dueñxs de la inmobiliaria que hace algún tiempo reclamaban el lugar como suyo (vale decir que dicha inmobiliaria había tratado por todos los medios que abandonáramos el lugar, y al no conseguirlo había cesado su hostigamiento constante). El argumento que utilizo la policía para poder entrar a nuestro hogar, fue que dentro de este se encontraba parte de las especies extraídas a una sala de ventas y dos departamentos piloto que se ubicaban a metros de la casa. Fue así, que en horas de la mañana y en la forma que los caracteriza, hicieron ingreso a nuestra casa por la parte de atrás, lugar donde no había muralla, solo un armazón de madera que cubría el agujero de la pared. Al momento en que la policía-obrera hace ingreso a “la idea”, no había ningún(a) compañerx por lo que su asquerosa tarea fue llevada a cabo con facilidad, destruyendo por completo el lugar, dejando varias de nuestras cosas bajo los escombros. Posterior a esto y cuando entraban en acción las maquinas demoledoras, los mismos policías que se encontraban escoltando el lugar declaran que hay una acusación contra nosotrxs por un robo abalado en unos cuantos millones de pesos y que si nos hacíamos presentes seriamos detenidxs automáticamente bajo dicho cargo (esta situación aun no está clara, aunque no descartamos nada).



Hacia ese momento nuestra casa estaba pronta a cumplir un año-ocho meses, las cosas no habían sido fáciles, sabíamos que este mes había que estar alerta y que cada paso debía ser dado certera y cuidadosamente. Solo faltaban unos detalles para que saliera una serie de finezines de corte insurrexional (edición que ahora se retrasará un poco) entre otras acciones que nos traíamos entre manos.

La tensión fue una constante, como el coraje para mantenernos ahí, sabiendo que en cualquier momento podía caer una vez más la policía, la cárcel o cualquier golpe represivo. Este mismo motivo había generado que muchas de las personas que frecuentaban la casa se alejaran. A pesar de esto, estaba claro el camino a seguir, nos quedaríamos hasta el final, atentxs, solidarizando (de todas las formas posibles) y hermanándonos con todxs aquellxs que le declaran la guerra a la sociedad a lo largo y ancho de este mundo. Así, en la cotidianeidad, lo que pensamos se fue afilando como el mejor de los puñales, el de la insurrección, abrazando las prácticas e ideas antiautoritarias. Aciertos y errores moldearon las relaciones entre nosotrxs, siempre tratando de aprender y de hacer algo para acelerar la caída de esta forma de vida. Ahora, se nos acusa de un robo, de una usurpación a la propiedad de otrx, a la propiedad de un(a) ricx o varixs de ellxs. Ante esto declaramos: no creemos en la propiedad, decimos que no caeremos en su juicio, no reconocemos leyes y mucho menos sus acusaciones. Cada acto tiene su consecuencia y la aceptamos furiosamente, todo esto solo acrecenta el odio hacia nuestrxs enemigxs, aquellxs que mueven los hilos y también las patéticas marionetas de las que se sirven para llevar a cabo su sociedad de cárcel. Decimos que tomaremos todo lo que esté a nuestro alcance (y fuera de el) para concretar nuestros deseos.

Bajo este contexto se acabo “la idea”, y bien queda como un lugar en nuestras cabezas que alberga recuerdos de experiencias colectivas e individuales. Muchxs fueron los hermanxs con quienes estrechamos lazos sinceros de compañerismo, solidaridad y afinidad. A unxs lxs seguimos viendo, otrxs están lejos y otrxs que ya no están. Todxs ustedes viven en nosotrxs, su fuego arde más que nunca porque sus acciones hablan por sí mismas. En nuestra memoria queda cada momento, cada actividad por lxs presxs, foros informativos y cenas solidarias. Quedan los talleres y las instancias en la cuales compartimos una mirada, una palabra o un abrazo que dejo en ridículo todas las palabras del mundo. También recordamos los duros golpes represivos que se tradujeron en múltiples persecuciones, deportaciones y allanamientos que terminaron con Cristian Cancino Carrasco en la celda. Pese a todo esto, seguimos adelante, sabiendo que nada es para siempre, menos nuestra querida idea (casa), aunque los sentimientos de rabia, pena y frustración siguen fuertes dentro de nosotrxs. Tan fuertes como nuestra visión de la vida, apuntando siempre a la destrucción de esta y cualquier intento de sociedad, siempre procurando la revuelta. Agradecemos a lxs hermanxs que nos han acompañado en cada momento y entregando su apoyo insurrecto. Nunca estarán solxs.

Señorxs, han hecho su jugada y ahora nosotrxs haremos la nuestra. Si su intención era desmoralizarnos o intimidarnos, están equivocadxs, sepan autoridades varias (fiscales, jueces, policías, periodistas, ciudadanxs, etc.) que nada termina con un espacio vaciado, nada muere entre los escombros, por el contrario, el germen de odio fluye en nuestras venas como la peste, como la más letal de las cóleras en un estado de fiebre incesante hacia el estallido del entramado social

En constante enfrentamiento por las calles de esta gigantesca cárcel, vamos con paso fiero, siendo lxs eternxs enemigxs del poder y toda forma de autoridad haciendo de la complicidad una práctica cotidiana, Guerra antisocial en todos los frentes.

LA IDEA.




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