14 may 2010

[Barcelona] Aparece un joven muerto en el Centro de Internamiento de Zona Franca



No toleraremos su “normalidad”. Una nueva muerte bajo dependencias policiales del Estado. Justo en la semana en que un grupo de personas se trasladaron a la Audiencia Nacional para denunciar la impunidad que siguió a la muerte o asesinato de sus hijxs o familiares (Diego Viña, Xosé Tarrio, Antonio Pallas, David Chacón, Miguel del Buey) mientras se encontraban bajo dependencias policiales, o carcelarias o como consecuencia directa de su paso por éstas. Esta semana se trató de romper el silencio bajo el que se producen estas muertes, 30 en lo que va de año. 779 desde el 2001. La Coordinadora de Solidaridad con las Personas Presas y el Comité de Denuncia de Galicia se trasladaron a las puertas de la sede de lo contencioso administrativo de la Audiencia Nacional para denunciar, para poner en el centro de la agenda una situación alarmante. Los medios de comunicación convencionales han respondido con silencio. No pasa nada. Normalidad cuanto antes, que todo este en orden. Que no se muestren las cloacas del Estado.Justo un día después nos llega la noticia de que una persona de 22 años ha aparecido muerta en una celda del CIE de Zona Franca. Le encontraron ayer por la mañana. Desde el principio las fuentes policiales se han apresurado a acallar las posibles dudas. “Fue un suicidio”. Y a resaltar las virtudes de la nueva instalación carcelaria para migrantes).

Sin embargo desde hace bastante tiempo ya se vienen anunciando las situaciones de malos tratos y posibles torturas que acompañan los procedimientos de internamiento y expulsión de personas migrantes. Al parecer se encontraba solo en una celda. Según ha denunciado SOS Racismo hay indicios que permitirían afirmar que se encontraba en aislamiento. La respuesta gubernamental ha sido que no existe el aislamiento en los CIES. Es cierto. A diferencia que otras instituciones represoras, los CIES no cuentan con un reglamento que explicite un determinado sistema sancionador. Legalmente no existe un régimen de aislamiento en los CIE. Pero bien sabemos que lo real y lo legal en el ámbito penal y carcelario nunca tiene nada que ver.
Los testimonios de muchas personas que han pasado por los CIE permiten afirmar que los policías nacionales, encargados de custodiar a las personas encarceladas en dichas instituciones, adoptan medidas como el aislamiento para castigas a aquellxs que “no se porten bien”. También estos testimonios relatan malos tratos proferidos de manera sistemática: insultos racistas, desprecios, agresiones, amenazas, etc.
Lo cierto es que Mohamed A ha muerto, y es absolutamente intolerable. De momento no hay nada claro. Pero lo que si que muchxs tenemos claro es que no vamos a tolerar la normalidad que pretende imponer el Estado. Las muertes bajo custodia no entran dentro de lo que nosotrxs consideramos como normalidad; tampoco consideramos que la existencia de los CIE y los mecanismos de expulsión entren dentro de nuestra normalidad; ni las redadas racistas que multiplican las fronteras de los países ricos para las personas migrantes.
Hoy se ha conocido que una persona ha muerto en la cárcel del racismo de Estado. Pero cada día hay historias cotidianas de sufrimiento acumulado generado por los procesos de fronteras, internamiento y expulsión. Esperemos que la respuesta colectiva ante todo esto esté un poco más cerca. Al menos parece que se va construyendo en el día a día.

No permitiremos que todo se cierre rápido, No podemos tolerar su normalidad,

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