24 mar 2011

En defensa de lo subterráneo

Hay una guerra. Cada segundo, 321 animales de granja son asesinados. Cada año, casi 200 billones de litros de leche se producen mediante la violación de vacas “lecheras”. Nueve billones de pollos son asesinados anualmente para que esos bastardos devoradores de cadáveres puedan cenar toda esa porquería sangrienta. Demasiadas veces tememos estas cifras sobrevolando nuestras cabezas.¿Sabías que no llegas a acumular un billón de segundos de tu vida hasta que no tienes unos 35 años? ¿Eres consciente de que en este mismo momento hay seres diabólicos vestidos con batas blancas torturando animales hasta la muerte, y otros que están muriendo por entretenimiento, comida, vestimenta, vivisección y cualquier otra estúpida y trivial razón que te puedas imaginar? Los animales sufren y mueren de maneras más espantosas de las que nuestra cabeza es capaz de imaginar. ¿Y qué hacemos? Nos posicionamos. Debatimos la validez de tácticas como los incendios porque podría haber un ratón de campo trepando por las paredes del lugar donde lo creamos. ¿A cuántas serpientes, gusanos y criaturas nocturnas has asesinado con tu monstruo de metal, quiero decir, con tu coche?

Si vieses a un hombre tratando de despellejar a un gato en un campo para vender su piel, ¿no querrías hacia él para detenerle por la posibilidad de pisar a un ratón escondido entre la hierba? Por favor... Si estas son tus ridículas razones para no formar parte o apoyar al Frente de Liberación Animal, entonces solo eres un supuesto amigo de los animales. Déjame adivinar, eres un pacifista. Si, seguro, lo dudo. Si estuvieses en una jaula, siendo violado, golpeado, torturado violentamente y asesinado querrías que alguien te liberase, que parase a tus torturadores con fuerza bruta y que quemase hasta convertir en cenizas el sitio donde te han retenido. Solo eres un pacifista cuando no es tu garganta la que está bajo el filo del cuchillo. Apostaría mi vida. Qué más, ¡ah sí!, eres vegano, por lo que ya estás “haciendo algo”.

La no participación en el problema es obviamente el primer paso, pero nuestro veganismo no salva ninguna vida. La población humana está creciendo, el día en que tu o yo nos hicimos veganos, 100.000 críos fueron educados para comer carne. Y el veganismo no te convierte instantáneamente en un activista, solo ser activo puede convertirte en algo así. Por ejemplo, no soy violador, nunca lo he sido y nunca lo seré. Pero ¿no sería deshonesto que me presentase a mí mismo como un activista para la prevención de la violación simplemente por tener ese comportamiento? Bueno, si es así de fácil entonces soy un activista por los derechos de los humanos, y contra el abuso de menores, contra la violencia doméstica... De hecho, hay tantísimos males en el mundo de los que no participo, que si fuese así de fácil estaría cambiando por completo los problemas del mundo... ¿sin hacer nada? Ummm... que interesadamente vago y apático suena eso. De hecho, si encuentras un comportamiento o un sistema de abuso deplorable, lo menos que puedes hacer es no participar en él.

También tenemos a los militantes que son todo pose. Tienes todos los discos de Earth Crisis y del resto de grupos vegan hardline, y por supuesto todas las camisetas que se han hecho jamás. Hablas y tienes una visión mejor que la de los demás. De hecho, cuantos más años posas así en la escena, más te respetan. Muy de vez en cuando vas a alguna protesta, más que nada para sacarle un poco el polvo a tu pasamontañas y que así te hagan fotos luciendo como un ninja defensor de los derechos de los animales. Y si yo te sacase a relucir tus miserias tú me dirías algo así como “no tienes ni idea de lo que yo hago por las noches”. Sí, lo sé, te vas a la cama. Las únicas veces que tendrías que ponerte una bandana en la cara sería para limpiar un granero de pollos en un santuario de animales o para salir por la noche a hacer algo por los animales. Hacerlo en otras ocasiones es deshonrar el radicalismo y hacer una broma del sacrificio de los guerreros por la liberación animal y de la tierra.

Hay muchas maneras para apoyar a los animales y al movimiento por su liberación total. La más potente de ellas es comenzar a practicar la acción directa. Eso significa centrar tus actividades y tácticas en esforzarte por ayudar y salvar animales o directamente enfrenarte a sus explotadores. Algo que puedes hacer para ayudar es trabajar en un santuario de animales, o ayudarles con algo de dinero, ya que cuidar de animales puede ser muy caro. O puedes organizar una manifestación frente a la casa de un explotador, para que él y su vecindario sepan que matar animales o aprovecharse de su muerte es algo enfermizo que no va a ser tolerado. O mejor, puedes unirte a la resistencia subterránea y crear un gran impacto.

Desde 1976 el Frente de Liberación Animal se ha dedicado a salvar vidas de animales y a cerrar lugares de abuso y dolor. El FLA también ha educado a la gente mediante cientos de comunicados y diciéndoles que no solo existe esa violencia, si no que además no será tolerada. Las acciones por los animales ocurren por la noche a lo largo y ancho del planeta. Pero hay otros grupos dentro de esta resistencia subterránea. Los valientes y nobles guerreros del Animal Rights Militia y el Justice Department emplean las mismas tácticas del FLA pero no restringen sus métodos a la filosofía de la no violencia. Creo que eso es genial. Cualquier cosa que pare la explotación animal tiene valor, y cualquier cosa que permite que el abuso y el uso de los animales continúe es inaceptable.

Mientras escribo esto ya puedo oír las histéricas salidas de tono de los apáticos activistas por los derechos de los animales. De verdad, ¿sólo os preocupa el hecho de que soldados de los Estados Unidos hayan estado matando gente en el desierto durante una década? ¿Dónde está vuestra rabia cuando la policía mata a un negro delante de las cámaras y en público? Acorde a la hipocresía pacifista, no os aterroriza la violencia, os aterroriza la violencia no autorizada. Este hecho se da porque muchos de nuestros activistas están tan locos como la sociedad en la que viven. Si os ha asustado más la frase de “no restringen sus métodos a la filosofía de la no violencia” que la de “cada segundo son asesinados 321 animales de granja”, entonces queda al descubierto vuestra doble moral.

El tema del abuso y la muerte de animales es increíblemente serio para los seres que mueren por esa industria. Para ellos es inimaginable maldad. Moralmente es la depravación en estado puro. No solo porque sea una matanza innecesaria, si no porque es la muerte de seres inocentes lo que compone la maldad. Los impactos medioambientales también son enormes. La deforestación y el pastoreo para el ganado van cogidos de la mano. El 55% de todo el agua potable se usa en la alimentación de ese ganado. El vertido de residuos es el contaminador número uno del otro 45% de esa agua potable. Lo mires como lo mires, no puedes sentar las bases de un sistema justo al lado de las más crueles objetivaciones de la historia del mundo!

Tratamos a los animales con desprecio porque son los seres con menos capacidad para defenderse. Y de esa base para arriba, la jerarquía de la explotación sigue avanzando acorde a tu incapacidad para defenderte de los ataques. Que organización tan enfermiza y triste. Pero hay algo que se llama causa y efecto. Los espiritualistas lo llaman karma. No importa como lo llames tú, es algo de lo que no puedes escapar y que no puedes ignorar. En el caso de la liberación animal significa que no vas a conseguir nada para los animales si solo te dedicas a comer yogures de soja o a encender velas. Las empresas que amasan billones de dólares del asesinato sistemático no pararán por la “moralidad”. Si tuviesen un mínimo de decencia ni siquiera hubiesen comenzado esos negocios. Las empresas que han cerrado lo han hecho porque alguien luchó contra ellas y ellas perdieron. Es el único lenguaje que este tipo de gente entiende.

Ahora no espero que todos los veganos abracen la acción directa y se conviertan en guerreros por los animales porque eso, obviamente, no va a ocurrir. Pero criticar o posicionarse en contra de aquellos que realmente están salvando animales o luchando por su libertad enfrentándose a sus explotadores en las puertas de sus propias casas o en las de sus negocios es inaceptable. Os digo desde aquí que me dais asco y que no tenéis ni idea de los riesgos a los que nos enfrentamos quienes hemos elegido la vía subterránea. Y todo lo que sacrificamos para ser quienes somos. Hasta que vuestras opiniones de salón no puedan compararse en validez con las acciones, entonces esas opiniones serán inválidas. Hay una guerra en marcha, y los animales y la tierra no tienen prácticamente resistencia humana de su parte. Mientras haya veganos y autoproclamados activistas por los derechos de los animales que sucumban a la compasión apática, entonces el resto de nosotros nos veremos obligados a convertirnos en “fanáticos del fuego”. No puedes escapar de la causa y efecto.

Cuando me detuvieron llevaba en la mochila una copia del manifiesto titulado “Declaración de guerra de Screaming Wolf. Es el texto sobre liberación animal más dinámico y potente que he leído en mi vida. Tiene partes que han envejecido mal, pero sus principios y programas de acción no caducan. Leelo, reléelo, deja que te dé fuerza y conviértete en un liberador. Y si ese no es tu campo o no tienes la posibilidad, entonces comienza un grupo de apoyo al FLA. Ayuda a un animal, protesta de manera agresiva, si no eres vegano, hazte vegano!. Haz algo en lugar de esconder tu cobardía criticando la valentía de otros.

Ahora mismo en Mexico, el FLA y el FLT están liderando el camino del activismo y lo llevan haciendo algunos años, siendo un ejemplo para todos nosotros. Apóyales, y apoya a Adrián, nuestro camarada encarcelado. Un vegano en una cárcel del tercer mundo, y plantando cara a la adversidad. Hasta que la sociedad deje de explotar animales, estaremos en guerra con la sociedad. Hasta que no se ponga fin a la destrucción del planeta, no habrá fin de la destrucción de la propiedad. Mientras haya un animal esclavizado y un explotador aprovechándose, habrá alguien dispuesto a seguir el camino de un activista encarcelado del FLA.
Liberación Animal, cueste lo que cueste!

Walter Bond
jefe de la oficina de prensa del Frente de Liberación Animal.
Prisionero de guerra.

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