Crónica sobre los incidentes sucedidos en las protestas del 15 de Mayo

Miles de personas salieron el domingo a las calles de todo el estado tras las ambiguas y difusas consignas de “Democracia real Ya!”, fué en Madrid y Santiago de Compostela donde las protestas consiguieron trascender más allá del folclore habitual.
en Madrid La movilización rebasó las consignas “pacíficas” de los organizadores acabando en enfrentamientos con las fuerzas del orden, entre cargas y barricadas, con un saldo de 24 detenidos. En Santiago de Compostela la rotura de vidrios de un banco BBVA y el ataque a la sede del periódico derechista y clerical “El Correo Gallego” fueron actos que no pasaron desapercibidos. Como era de esperar, los autoerigidos lídereres de las protestas y demás gentuza no dudaron en condenar los hechos.
Según recoge el periódico atacado “entre cuatro y cinco individuos con sus rostros cubiertos atacaron las fachadas de varias entidades financieras y la sede de EL CORREO GALLEGO, donde destrozaron la cristalera blindada y, tras intentar romper la puerta de entrada, consiguieron introducirse en el hall donde lanzaron un bote de humo y varios petardos, que ocasionaron daños en el espacio de arte, antes de salir huyendo hacia la cabecera de la manifestación, en medio de gritos de repulsa”.
También afirma el periódico eclesiástico que muchos de los manifestantes pidieron disculpas a los empleados del periódico y ofrecieron descripciones e incluso fotos y grabaciones de los atacantes a la policía. Esta actitud chivata y rastrera culminaría con la delación por parte de una manifestante de un supuesto participante en la acción, ya en la Plaza de Cervantes, donde el joven fué identificado por los maderos, siempre según la bochornosa información aparecida en tan infausto medio de intoxicación informativa.
En Madrid, donde la manifestación rebasó los 20.000 participantes, los incidentes sucedieron al final de la misma, cuando un nutrido grupo de personas, encabezadas por el bloque libertario, decidió continuar más allá de la plaza de Sol y enfilarse hacia la Gran Vía. Allí fueron interceptados por los antidisturbios, que dieron comienzo a las cargas. Un grupo de unas 400 personas, consiguieron llegar a la céntrica arteria madrileña cruzando contenedores a su paso y atacando a los coches patrulla; a partir de ese momento los manifestantes se dispersáron entre disparos de bolas de goma y detenciones, muchas de ellas absolutamente arbitrárias. La protesta se saldó con 24 procesados que pasaron dos noches en comisaría.
El intento de formar un campamento en la plaza de Sol hasta pasadas las elecciónes, fué interrumpido en la noche del lunes por un violento desalojo policial, lo que motivó la creación de nuevos campamentos en muchas ciudades del estado español.
Veremos donde acaba esta “indignación” popular, que por ahora se movilizó en los estrechos margenes de lo políticamente correcto y democráticamente recuperable. No le faltan pretendientes a tan suculenta pieza y son muchos los partidos que pretenden pescar en río revuelto. La absurda petición a los políticos de que sean buenos, impregnada de la mansedumbre ciudadanista que pretende pedirle a las instituciones que resuelvan nuestros problemas en vez de promover la autoorganización y la autogestión.
Sea como sea, la indignación de la gente es un hecho natural en los tiempos que corren, y la labor de cualquier revolucionario debería consistir en fomentarla, impidiendo que caiga en los inocuos caminos de la recuperación institucional por los que tanto el poder como sus falsos oponentes pretenden conducirla. No podemos olvidar que se trata de una ardua tarea, pues a la gente que jamás participó en protesta alguna le costará entender que los medios que oferta el sistema para disentir son inocuos y estériles, por eso los ofrece. Será difícil hacerselo comprender, esperemos que no lo entiendan demasiado tarde.
¡Adelante la acción, adelante la propaganda!