17 may 2011

Presos políticos en Asunción a más de 75 días en huelga de hambre, Paraguay


Libertad inmediata a los presos políticos!

Hace más de un año, se encuentran en prisión catorce personas, acusadas de estar involucrados en el caso Lindstron. Presentando pruebas absurdas, inventando una organización ficticia, el “apoyo logístico del EPP”, y retrasando constantemente el proceso jurídico, la fiscalía logró mantener a los catorce en el rincón más inhumano de esta sociedad: la cárcel.

Exigiendo su libertad, Alcides Giménez, Julian Ortiz y Aguedo Giménez empezaron una huelga de hambre, que ya sobrepasaron los 75 días. Sindulfo Agüero (69 años), tuvo que dejar su huelga por graves problemas de salud.

En el sistema capitalista y en cualquier estructura basada en la explotación, la represión es una herramienta fundamental ya que sin ella, no existe ninguna garantía de mantener el sistema que favorece a pocos, y significa miseria para muchos. En Paraguay, el sistema represivo tuvo importantes avances durante el gobierno de Fernando Lugo, que logró la aprobación de la ley “antiterrorista”, jugosos aumentos en el presupuesto, además de los acuerdos de cooperación con Estados Unidos y Colombia en lo que les gusta llamar la “seguridad”. Es en este contexto que se profundiza la criminalización de las luchas y organizaciones sociales, y se montó un operativo para una verdadera cacería de brujas contra activistas. No nos sorprende que justamente en el norte, donde hace décadas existe una tradición de resistencia y organización campesina, la represión se intensificó tanto. Para romper esta combatividad, el Estado usa las herramientas clásicas: dividir a las organizaciones sociales e instalar el miedo en la población a través de la militarización y encarcelamiento de algunos. De esta manera quieren silenciar y controlar el norte y preparar el terreno para el avance sojero.

Creemos que en cualquier estructura de dominación, sea dictadura o democracia, la justicia está hecha a la medida de los poderosos, que con dinero e “influencias” –o a través de representantes directos- convierten a las cárceles en un lugar para ladrones de gallina y las propias víctimas de este sistema. Por eso no tenemos ninguna confianza que con los procesos legales, los presos políticos recuperen su libertad. De hecho, por vías legales, el gobierno ya logró mantenerlos en esa jaula por más de un año. La única garantía para la libertad de estos presos es oponer a este sistema perverso una serie de movilizaciones, agitación y acción directa, las únicas armas que disponemos, tanto en la cárcel como en las calles.

No vamos a entrar en el juego de si los presos son “culpables” o “inocentes”, son términos utilizados por los jueces y fiscales que espían, reprimen, encarcelan y torturan. Nuestra lucha por la liberación de los presos no implica un acuerdo con las practicas del EPP. Se trata de no dejarse engañar por las maniobras del aparato represivo, no callarse cuando encierran compañeras y compañeros y no permitir que el miedo nos paralice.

Es por eso que llamamos a la solidaridad activa con los presos políticos, una solidaridad en palabras, pero sobre todo, en acción. Es necesaria la participación de todos los activistas, individualidades y organizaciones para garantizar actividades que tengan la fuerza necesaria para la liberación de los presos.
Nuestra mayor arma es la solidaridad!

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