Proponemos un llamamiento internacional a la movilización, una semana de lucha en la que cada uno pueda aportar su ayuda según sus prioridades en contra de la ingeniería genética y sus amplias manifestaciones mortíferas.
La urgencia de parar el avance de las biotecnologías ya no se puede permitir quedarse solamente en un especifico contexto territorial.
La manipulación en acto cobra la forma de un círculo que intenta cerrarse por todos los medios, las ramificaciones de su control e intervenciones han asumido dimensiones globales. Cada estado es llamado a preparar las condiciones para una total aceptación de la "ingenierización" de lo viviente, con la totalidad de las investigaciones publicas dedicadas a producir en sus mismos laboratorios las quimeras que deberán "salvar el mundo". Esto con el apoyo de la economía internacional, del Banco Mundial y de las organizaciones para el comercio. Pero la mejor ayuda viene de la actual devastación ambiental y de la necesidad de tener constantemente nuevos recursos a los que las llamadas "ciencias de la vida" denominan nuevas "soluciones verdes".
Mientras unas pocas multinacionales poseen el monopolio y mantienen las riendas de todo esto, esta nueva "revolución verde" representa una posibilidad casi ilimitada de recaudar beneficios, en un sistema circular donde lo nocivo crea lo nocivo. Su gestión se hace cada día más acertada con el masivo empleo de patentes registradas, que de hecho transforman la manipulación de una planta, de un animal o de un ser humano en derecho de propiedad. Desde los monocultivos a los cultivos OGM hasta los animales transgénicos y las modificaciones de la línea germinal: algo más que un producto OGM que podríamos encontrar en los estantes de un supermercado, representan el ataque y el dominio sobre lo viviente que se hace total.
En los países del sur del mundo, el dominio de las multinacionales se manifiesta con la imposición a los campesinos de semillas estériles OGM con la consecuente desaparición de antiguas variedades y de ecosistemas. Un mundo natural centro de una biodiversidad única que está desapareciendo para siempre, como grandes zonas de la selva amazónica para dejar el paso a los cultivos OGM y a los biocarburantes.
Destrucción de viejos saberes para guardar antiguas semillas y pedazos de vida salvaje en bancos de conservación del germoplasma, la misma cara de la moneda de un sistema que mientras destruye intenta salvaguardar. Pero una semilla guardada a centenares de metros dentro del "permafrost ártico " se convierte en la imagen de un mundo artificial que ya no tiene nada que ver con su naturaleza, un sistema que necesita circunscribir, encerrar lo natural y lo salvaje que queda, encerrarlo para poder controlarlo mejor y convertirlo en objeto de propiedad, para poderlo utilizar como instrumento de chantaje y poder empezando desde las bases de las variedades de hoy en día. Hay un hilo que une los países del sur a los del norte, justo aquí las multinacionales tienen los centros de investigación y las centrales. Su poder se manifiesta aquí también, pero de forma más disimulada con la creación de ilusiones y falsas necesidades, transformando en necesarias y reconocidas las numerosas innovaciones tecnológicas. Como encierran las semillas en el hielo encierran nuestras mentes en un eterno presente de consumo y mercancía.
Se hacen hueco con la aprobación de las investigaciones biotecnológicas en el mundo de la medicina, haciendo hincapié en el chantaje de la salud, conquistando espacio con la creación de semillas enriquecidas con vitamina A "que solucionaría el hambre en el mundo" insistiendo en la caridad de los países ricos para limpiar su conciencia. Al terminar una investigación, sea cual sea, plantan las semillas en cualquier parte del mundo, su círculo encogerá cada día más hasta cerrarse.
Así aquí vemos los investigadores de Idea's Lab de Minatech pensando en como parar el surgir de un disentimiento hacia las nanotecnologías, evitando los errores que se han cometido con los OGM. Vemos las inversiones millonarias en nuevas investigaciones, los encuentros internacionales entre científicos y empresarios, también empezamos a ver los cultivos experimentales de OGM. Todo esto no se puede reducir al momento en el que hay que elegir si se quiere consumir o no un producto OGM, tenemos que asumir la potencia de la ingeniería genética en la constante destrucción de este mundo y de lo que es necesario al mismo sistema para poder sobrevivir. Entendiendo el entramado del poder interconectado: biotecnologías, nanotecnologías, neurociencias, informática.
Un ataque a la vida de dimensiones globales no puede sino tener como respuesta una lucha global.
Desde el sur hasta el norte, tenemos que romper aquel círculo que quieren convertir en ineludible.
Proponemos un llamamiento internacional a la movilización, una semana de lucha en la que cada uno pueda aportar su ayuda según sus prioridades en contra de la ingeniería genética y sus amplias manifestaciones mortíferas.
Como coalición en contra de lo nocivo hemos identificado como punto de partida el EFSA, Ente Europeo por la Seguridad Alimentaria, con central en Parma, sede a la que la Comisión Europea se remite para la aprobación de productos dañinos como los OGM. Justo ahora el EFSA, que a nivel europeo está autorizando un OMG tras otro, tendrá que deliberar para el reconocimiento del último maiz ogm de Monsanto MON810 y del arroz ogm de Bayer LLRICE62.
¡CONTRA EFSA MONSANTO Y BAYER
PAREMOS LA INGENIERIA GENETICA AHORA!
17 feb 2010
Semana Internacional de Lucha contra la Biotecnologia
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